Glaciación
Una glaciación, también denominada edad glacial o edad de hielo (ice age, en inglés), es un periodo de tiempo de larga duración durante el cual desciende la temperatura global del clima de la Tierra, dando como resultado una expansión del hielo continental de los casquetes polares y de los glaciares. Dado que durante una misma glaciación las condiciones ambientales no permanecen constantes, sino que varían con el tiempo, y que la duración de cada glaciación es diferente, para el estudio de las mismas existe la necesidad de subdividirlas en periodos de tiempo más breves, denominados periodos glaciales. Así mismo, los periodos de tiempo que transcurren entre un periodo glacial y otro son definidos como periodos interglaciares.
NOTA: De acuerdo a la definición dada por la glaciología (la ciencia que estudia las glaciaciones), el término glaciación se refiere “a un periodo con casquetes glaciares tanto en el hemisferio norte como en el sur“; según esta definición, en la actualidad aún persiste una glaciación, puesto que todavía hay casquetes polares en Groenlandia y en la Antártida.
Mapa del hemisferio norte terrestre en el que se indica, en blanco, la extensión del casquete polar ártico (polo norte).
Mapa del continente Antártica en el que puede verse la extensión del casquete polar antártico (polo sur).
Las edades glaciales también se pueden subdividir según el ámbito geográfico y el tiempo; por ejemplo, los nombres Riss (hace 180.000 – 130.000 años) y Würm (hace 70.000 – 10.000 años) se refieren específicamente a glaciaciones de la región alpina (cabe destacar que la extensión máxima del hielo no se mantiene durante todo el periodo). Desafortunadamente, la acción erosiva de cada glaciación tiende a eliminar la mayoría de las pruebas de capas de hielo anteriores casi completamente, excepto en regiones en que la capa más reciente no llega a la expansión máxima. Es posible que no se conozcan periodos glaciales más antiguos, especialmente del Precámbrico, debido a la escasez de rocas situadas a altas latitudes durante los periodos más antiguos.
Periodos glaciales e interglaciales:
Como ya se ha dicho, dentro de las edades glaciales (o al menos dentro de la última) existen periodos más templados, denominados interglaciares, y otros más severos y fríos, denominados glaciales. Estos últimos se caracterizan por unos climas más fríos y secos en gran parte de la Tierra, así como por la existencia de grandes masas de hielo que se extienden desde los polos por tierra y mar. Además, los glaciares de las montañas llegan a altitudes más bajas a causa de una cota de nieve menor, y el nivel del mar es más bajo debido al agua atrapada en el hielo. En adición, actualmente existen pruebas de que las glaciaciones distorsionan los patrones de circulación oceánica, que afectan al clima global del planeta.
Como actualmente la Tierra tiene grandes zonas heladas en el Ártico y la Antártida, se puede decir que actualmente nos encontramos en una glaciación o edad glacial y que, dentro de la misma, nos hallamos en un mínimo glacial (momento de mínimo desarrollo del clima glacial), es decir, en un periodo interglaciar.
NOTA: Al momento de máximo desarrollo del clima glacial se lo denomina máximo glacial.
Fotografía del canal de Lemaire con la que se pretende ilustrar sobre el aspecto de un paisaje helado durante una glaciación.
Efectos de las glaciaciones:
Las glaciaciones tienen tres tipos principales de efectos sobre el ambiente en el que se desarrollan y que, pese al paso del tiempo, pueden conservarse, de tal modo que, a día de hoy, puedan estudiarse las glaciaciones ocurridas en el pasado. Estos tres tipos de efectos son:
§ Geológicos: Las condiciones del clima propio de una época glacial provocan la aparición de una serie de fisonomías en la orografía, las cuales pueden llegar a ser borradas o alteradas por las fisonomías dejadas por glaciaciones sucesivas, que tienden a distorsionar y eliminar las pruebas geológicas, haciendo que sean difíciles de interpretar. Algunas de estas fisonomías o pruebas geológicas son las rocas erosionadas (ya sea por arranque, por abrasión y generación de estrías glaciares, por pulverización y formación de harina de roca), los valles glaciares, lasaristas glaciares y horst, las rocas aborregadas, las morrenas glaciares, los drumlins, losdepósito de tills, los bloques erráticos, la factura de llanuras aluviales, los trenes de valle, loslagos en las llanuras y los fiordos en las costas, entre otros.
Esquema que ilustra el aspecto del relieve al estar sepultado por el hielo de un glaciar (arriba) y las alteraciones en la orografía causadas por el mismo y que quedan a la vista una vez derretido (abajo).
§ Química: Las pruebas químicas consisten principalmente en variaciones en la proporción de isótopos en rocas sedimentarias, núcleos sedimentarios oceánicos y, para los periodos glaciales más recientes, núcleos de hielo (comúnmente situados en las llamadas nieves perpetuas). Puesto que el agua con isótopos más pesados tiene una temperatura de evaporación más alta (es más fácil evaporar a los isótopos ligeros, que pesan menos), su cantidad en la atmósfera se reduce cuando las condiciones son más frías y aumenta la cantidad retenida en el agua líquida y en el hielo. Atendiendo a la relación O18/O16 de un núcleo de hielo de un fósil (por ejemplo), se pueden estimar las temperaturas ambientales a las que se formó el hielo o en las que vivía el organismo en cuestión, factor que permitió la elaboración de un registro térmico.
Aun así, estas pruebas pueden estar adulteradas por otros factores que cambian la proporción de isótopos. Por ejemplo, una extinción en masa
§ Paleontología: Las pruebas paleontológicas se basan en los cambios en la distribución geográfica de los fósiles; durante un periodo de glaciación, los organismos adaptados al frío migran hacia latitudes más bajas, y los organismos que prefieren un clima más cálido se extinguen o viven en zonas más ecuatoriales. Esto da lugar a la aparición de refugios glaciales y movimientos biogeográficos de retorno. Estos indicios son muy difíciles de interpretar puesto que precisan de:
- Secuencias de sedimentos que representen un largo período, diferentes latitudes y que se puedan correlacionar fácilmente
- Organismos primitivos con caracteres lo suficientemente homogéneos como para poder atribuirlos a un mismo taxón, que estén presentes durante amplios periodos de tiempo y de los cuales se conozca el clima ideal (es decir, que puedan emplearse como marcadores)
- Descubrimientos de fósiles adecuados, algo que depende mucho del azar.
- Pese a las dificultades, los análisis de núcleos de hielo y de sedimentos oceánicos muestran claramente la alternancia de períodos glaciales e interglaciares durante los últimos millones de años. También confirman la relación entre las glaciaciones y algunos fenómenos de la corteza continental, como por ejemplo las morrenas glaciales, los drumlins y los bloques erráticos. Por esto se suelen aceptar los fenómenos de la corteza continental como prueba válida de edades glaciales anteriores, cuando se encuentran en capas creadas mucho antes que el abanico de tiempo que permiten estudiar los núcleos de hielo y los sedimentos marinos.
Núcleos de hielo.
Cronología de las glaciaciones:
A lo largo de la historia de la Tierra ha habido, al menos, cuatro grandes edades glaciales, pero al margen de ellas, parece que la Tierra siempre ha estado libre de hielo (incluso en sus latitudes más altas).
1.- La glaciación hipotética más antigua, la glaciación Huroniana, tuvo lugar hace unos 2.400 – 2.100 Ma, a principios del eón Proterozoico, y se cree que durante la misma pudo llegar a alcanzarse el estado de bola de nieve o snowball (es decir, un periodo en el cual el globo entero quedó cubierto de hielo).
Reconstrucción artística del estado de “snowball” al que se debió de ver sometida la Tierra durante la glaciación Huroniana
2.- La glaciación bien documentada más antigua, y probablemente la más severa de los últimos mil millones de años, fue la glaciación Sturtiense-Varangiense, que empezó hace 850Ma y finalizó hace 630 Ma (ocurrió a lo largo del período Criogénico), y podría haber producido una glaciación global de tipo “snowball“. Esta glaciación acabó muy rápidamente, a medida que el vapor de agua volvía a la atmósfera terrestre y se incrementaba el efecto invernadero provocado por la acumulación de dióxido de carbono emitido por los volcanes, ya que los mares gélidos no tenían capacidad de absorción del citado gas. Se ha sugerido que al final de esta glaciación se desencadenó la explosión cámbrica, aunque esta teoría es reciente y controvertida.
3.- Una glaciación menor, la Andina-Sahariana, sucedida hace entre 460 y 430 Ma, durante el Ordovícico Tardío y el Silúrico, tuvo intervalos con extensos casquetes polares hace entre 350 y 260 Ma, durante el Carbonífero y el Cisura líense (el Pérmico Temprano), relacionados con la glaciación de Karoo.
4.- La glaciación actual empezó hace 40 Ma con la expansión de una capa de hielo en la Antártida, y se intensificó a finales del Plioceno, hace 3 Ma, con la extensión de nuevas capas de hielo en el hemisferio norte, continuando durante todo el Pleistoceno. Desde entonces, el mundo ha pasado por varios ciclos glaciales, con el adelanto y retroceso de las capas de hielo ocurrido durante miles de años. El periodo glacial más reciente (en sentido amplio) acabó hace unos diez mil años, por lo que, dependiendo del autor documentado, se podría aseverar que actualmente nos situamos en un periodo interglaciar (dentro de una era glacial). Existen, sin embargo, otras posturas que afirman que estamos en una era pos glacial.
Ilustración de un paisaje helado del último periodo glacial, que acabó hace unos 10.000 años.
Regulación del clima durante las glaciaciones:
Cada periodo glacial está sujeto a una retroalimentación climática positiva que lo hace más severo y una retroalimentación climática negativa que mitiga sus efectos y que acaba por restablecer el equilibrio climático.
§ Procesos que acrecientan una glaciación: El hielo y la nieve incrementan el efecto albedo, es decir, hacen que la superficie del planeta refleje más luz solar (y, en definitiva, radiación) y absorba menos, por lo que, a la larga, la temperatura del aire tiende a bajar conforme las capas de hielo y nieve crecen y se extienden por sobre la superficie terrestre. Así mismo, la vegetación muere por el descenso de las temperaturas, lo que da lugar a una reducción notable de los bosques, que a su vez favorece el desarrollo de las capas de hielo y, en consecuencia, que aumente aún más el albedo.
Una teoría sugiere que un océano Ártico sin hielo provocaría más precipitaciones en forma de nieve en latitudes altas. Cuando el océano Ártico está cubierto de hielo a baja temperatura, hay poca evaporación o sublimación, y esto hace que las regiones polares sean bastante secas en cuanto a las precipitaciones (más o menos como los desiertos), lo que permite que la nieve se evapore durante el verano. Cuando no hay hielo, el océano absorbe energía solar durante los largos días estivales, y se evapora más agua. Con más humedad en la atmósfera hay más precipitaciones, y con estas, una parte de la nieve no se evapora durante el verano (si bien el hielo glacial se forma a latitudes inferiores, reduciendo las temperaturas por la vía del aumento del albedo).
El agua dulce adicional que llega al norte del océano Atlántico durante un ciclo más cálido también puede reducir la circulación termohalina de la corriente del Golfo, que es una corriente termorreguladora muy importante. Tal reducción (mitigando los efectos de la propia corriente del Golfo) también enfriaría el norte de Europa, cosa que causaría un incremento de la nieve. También se ha sugerido que, durante una larga glaciación, los glaciares pueden atravesar el golfo de San Lorenzo, llegando hasta el norte del Atlántico y bloqueando parcial o completamente la corriente del Golfo.
Esquema ilustrativo de la gran corriente termohalina meridional.
§ Procesos que mitigan una glaciación: Las capas glaciales de hielo que se forman durante las glaciaciones erosionan la tierra que tienen debajo, acumulándose en el hueco dejado e incrementando el peso del conjunto corteza-hielo. Esto provoca, tras un tiempo, un hundimiento isostático de la corteza por debajo del nivel del mar, reduciendo el espacio en que se pueden formar las capas de hielo (se reduce la superficie total). Esto mitiga la retroalimentación del albedo, igual que la reducción del nivel del mar que acompaña a la formación de las capas de hielo (mucha agua queda retenida en el hielo).
Otro factor que mitiga el desarrollo de una glaciación es la aridez provocada por el máximo glacial, que reduce las precipitaciones, haciendo más difícil que se mantenga la glaciación.
Causas de las glaciaciones:
Cualquier teoría científica que pretenda explicar las causas de las glaciaciones debe encarar dos cuestiones fundamentales: (1) ¿Qué causa el comienzo de las condiciones glaciares? y (2) ¿qué causó la alternancia de etapas glaciales e interglaciares que han sido documentadas para el Pleistoceno?
Las causas de las edades glaciales todavía son un tema controvertido. Hay consenso en que varios factores son importantes, como la composición de la atmósfera; los cambios en la órbita de la Tierraalrededor del Sol y, posiblemente, la órbita del Sol alrededor del centro de la Vía Láctea; la dinámica de las placas tectónicas y su efecto sobre la situación relativa y la cantidad de corteza oceánica y terrestre a la superficie de la Tierra; variaciones en la actividad solar; la dinámica orbital del sistema Tierra-Luna; y el impacto de meteoritos de grandes dimensiones o erupciones volcánicas.
Algunos de estos factores tienen una relación de causa-efecto. Por ejemplo, los cambios en la composición de la atmósfera de la Tierra (especialmente la concentración de gases de efecto invernadero) pueden alterar el clima, mientras que el cambio climático puede cambiar la composición de la atmósfera.
§ Cambios en la atmósfera terrestre: Una de las causas más importantes de las glaciaciones parece ser la variación en la cantidad de gases de efecto invernadero que hay en la atmósfera, que al aumentar facilitan el calentamiento global. Estos gases pueden aumentar su proporción en la atmósfera por causas geológicas (vulcanismo, tectónica de placas, etc.), biológicas (reducción en la proporción de organismos fotosintéticos) y antrópicas (contaminación, actividad humana, etc.), y reducirla, también, por causas geológicas (formación de minerales de la arcilla, precipitación de carbonatos, etc.), biológicas (proliferación de los organismos foto sintetizadores) y antrópicas (reducción de los contaminantes, control de la actividad humana, etc.). No obstante, la forma y proporción en que cada una de estas causas afecta al cómputo global del equilibrio climático es, a día de hoy, motivo de fuerte controversia.
Balance anual de energía de la Tierra desarrollado por Trenberth, Fasullo & Kiehl de la NCAR en 2008. Se basa en datos del periodo de marzo de 2000 a mayo de 2004 y es una actualización de su trabajo publicado en 1997. La superficie de la Tierra recibe del Sol 161 w/m2 y del efecto invernadero de la atmósfera, 333w/m²; en total recibe 494 w/m2 y, como la superficie de la Tierra emite un total de 493 w/m2 (17+80+396), se supone una absorción neta de calor de 0,9 w/m2, que en el tiempo actual está provocando el calentamiento de la Tierra
§ Posición de los continentes: El registro geológico parece indicar que las edades glaciales empiezan cuando los continentes se encuentran en una posición que bloquea o reduce el flujo de agua cálida del ecuador a los polos, permitiendo la formación de casquetes glaciares. Las capas de hielo aumentan el albedo de la Tierra, reduciendo la absorción de radiación solar y causando un enfriamiento de la atmósfera; este enfriamiento hace crecer los casquetes de hielo, aumentando el albedo todavía más, en un ciclo que continúa hasta que la reducción en la tasa de erosión es máxima (el relieve está fosilizado por el hielo).
Se conocen tres configuraciones de la posición de los continentes que bloqueen o reduzcan el flujo de agua cálida del ecuador a los polos:
- Cuando un continente se encuentra en un polo, como la Antártida actualmente.
- Cuando un mar polar se encuentra casi totalmente rodeado de masas de tierra, como el océano Ártico.
- Cuando un súper continente cubre la mayoría del ecuador, como Rodinia durante el período Criogénico o Gondwana durante el Ordovícico
Situación hipotética del polo sur geográfico durante el Cámbrico Temprano (indicado con una estrella) basada en la distribución de litofacies sensibles climáticamente. Los cuadrados indican carbonatos, y los triángulos, evaporitas. Durante el Ordovícico, este gran súper continente se desplazó aún más hacia el sur.
Puesto que la Tierra tiene actualmente un continente en su polo sur y un océano en el polo norte, los geólogos infieren que la Tierra continuará sufriendo periodos glaciales en el futuro (geológicamente) próximo.
Algunos científicos opinan que el Himalaya es un factor clave en la glaciación actual, pues estas montañas incrementan las precipitaciones totales de la Tierra, y por lo tanto el ritmo al cual el CO2 es eliminado de la atmósfera, reduciendo el efecto invernadero. La formación delHimalaya empezó hace unos 70 Ma, cuando la placa India colisionó con la placa Eurasiática(todavía continúa elevándose unos cinco milímetros por año porque la placa India se mueve hacia el norte a un ritmo de 67 mm por año). La historia del Himalaya encaja generalmente con la reducción a largo término de la temperatura mediana global desde mediados del Eoceno,hace 40 Ma.
§ Corrientes oceánicas: Otros aspectos importantes que contribuyeron a la configuración climática de periodos anteriores son las corrientes oceánicas, que varían según la posición de los continentes y otros factores. Tienen la capacidad de enfriar (por ejemplo, contribuyendo a la creación del hielo de la Antártida) y de calentar (otorgando a las islas Británicas un clima templado en lugar de boreal) el clima global. El cierre del istmo de Panamá hace aproximadamente 3 Ma podría haber dado pie al actual periodo glacial en Norteamérica, poniendo fin al intercambio de agua entre las regiones tropicales del océano Atlántico y el Pacífico.
§ Ciclos astronómicos de Milankovitch: Los ciclos de Milankovitch son una serie de variaciones cíclicas en las características de la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Cada ciclo tiene una duración diferente (la precesión de los equinoccios cada 26.000 años, la excentricidad orbital cada 100.000 – 400.000 años, la inclinación del eje terrestre cada 41.000 años y la oscilación del plano de la eclíptica u oblicuidad cada 70.000 – 100.000 años), de forma que, a veces, sus efectos se compensan y, en otras ocasiones, incluso se cancelan mutuamente.
Variaciones de la precesión de los equinoccios, la oblicuidad de la eclíptica y la excentricidad orbital medidas en miles de años.
Movimiento de precesión terrestre.
Mientras que la teoría de Milan kovitch predice que los cambios cíclicos de la órbita solar pueden quedar grabados al registro glacial, faltan explicaciones añadidas para explicar qué ciclos juegan el papel más importante en la alternancia glacial-interglaciar. De hecho, durante los últimos 800.000 años, el período de alternancia glacial-interglaciar ha sido de 100.000 años, cosa que se corresponde con los cambios en la excentricidad e inclinación orbitales. Pero esta es de lejos la frecuencia más reducida de las tres predichas por Milan kovitch. Durante el periodo de tiempo de hace entre 3 y 0,8 Ma, el patrón dominante de glaciación se correspondía con el periodo de 41.000 años de los cambios en la oblicuidad de la Tierra (la inclinación de su eje). Las razones del dominio de una frecuencia sobre otra todavía no se comprenden bien y están siendo investigadas, pero es probable que la respuesta esté relacionada con algún tipo de respuesta compleja del sistema climático terrestre.
La teoría “tradicional” no llega a explicar el dominio del ciclo de 100.000 años durante los últimos ocho ciclos. Richard A. Muller, Gordon J. Mac Donald y otros autores han indicado que estos cálculos son aptos para un modelo bidimensional de la órbita terrestre, pero que la órbita tridimensional también tiene un ciclo de variación de la oblicuidad que dura cien mil años. Han propuesto que estas variaciones de la oblicuidad pueden conducir a variaciones en la insolación: aun cuando pone en juego un mecanismo diferente al del concepto tradicional, los periodos predichos a lo largo de los últimos 400.000 años son prácticamente los mismos. La validez de la teoría de Muller y Mac Donald ha sido cuestionada a su vez por Rial.
William Ruddiman sugiere un modelo que explica el ciclo de 100.000 años modulando la excentricidad sobre la precesión, combinado con el efecto de los gases de efecto invernadero. Peter Huybers propone todavía otra teoría, argumentando que el ciclo dominante siempre ha sido el de 41.000 años, pero que la Tierra tiene actualmente un comportamiento climático en que sólo tiene lugar una edad glacial cada dos o tres ciclos. Esto implicaría que el periodo de 100.000 años no es más que una ilusión creada haciendo la media de ciclos que duran 80.000 y 120.000 años. Esta teoría se corresponde con la incertidumbre de las dataciones, pero no ha recibido demasiado apoyo.
§ Variaciones en la actividad solar: Existen, al menos, dos variaciones importantes, una a largo plazo y otra a corto plazo.
- A muy largo término, los astrofísicos calculan que el Sol libera un 10% más de energíacada 109 años. De aquí a dentro de 1.000 millones de años, el 10% añadido cada 109 años será suficiente como por causar un efecto invernadero irreversible en la Tierra (el aumento de la temperatura produce más nubes de vapor de agua, el cual funciona como un gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO2, provocando a su vez el aumento de la temperatura, produciéndose aún más vapor, etc).
- Puesto que el Sol posee un gran tamaño, a corto término los efectos de sus desequilibrios internos y los procesos de retroalimentación negativa tardan mucho tiempo en propagarse, de forma que estos procesos se potencian y producen todavía más desequilibrios. En este contexto, “mucho tiempo” quiere decir miles o millones de años.
El aumento a largo plazo de la emisión de energía del Sol no puede ser la causa de las edades glaciales.
Las variaciones a corto plazo mejor conocidas son los ciclos de las manchas solares, especialmente el mínimo de Maunder, que está relacionado con la parte más fría de la pequeña edad de hielo. Como los ciclos de Milankovitch, los efectos de los ciclos de las manchas solares son demasiado débiles y frecuentes para explicar el comienzo y el fin de las edades glaciales, pero es muy probable que sean la razón de las variaciones de temperatura dentro de las propias edades de hielo.
§ Vulcanismo: Los episodios volcánicos más grandes conocidos, las erupciones que crearon las traps siberianas y del Decán y que jugaron un papel importante durante las extinciones en masa, no tienen nada que ver con las edades glaciales. A simple vista, parece que esto pueda implicar que el vulcanismo no puede producir glaciaciones.
Aun así, el 70% de la superficie de la Tierra está cubierto de agua, y la teoría de las placas tectónicas predice que la corteza oceánica de la Tierra se renueva completamente cada 200millones de años. Por lo tanto, es imposible encontrar indicios de llanuras submarinas o de otros grandes episodios volcánicos de más de 200 millones de años de antigüedad, y los indicios de episodios volcánicos más antiguos posiblemente ya han sido erosionados. En otras palabras, que no se hayan encontrado pruebas de otros acontecimientos volcánicos a gran escala no significa que no hayan tenido lugar.
En teoría, es posible que los volcanes submarinos pudieran poner fin a una edad glacial, creando un calentamiento global. Una explicación propuesta del máximo térmico del Paleoceno-Eoceno es que los volcanes submarinos liberaran metano atrapado en clatratos, causando un gran y rápido incremento del efecto invernadero. No parece haber indicios geológicos de estas erupciones en este periodo, pero esto no implica que no tuvieran lugar.
Es más difícil ver qué papel podría tener el vulcanismo para empezar una edad glacial, puesto que los efectos que la frenaran deberían ser más débiles y producirse a más corto plazo que los efectos que la produjeran. Esto exigiría polvos y nubes de aerosoles que permanecieran en la atmósfera superior, bloqueando la luz solar durante miles de años (cosa que parece muy improbable). Los volcanes submarinos no podrían producir este efecto puesto que el polvo y los aerosoles serían absorbidos por el mar antes de que llegaran a la atmósfera. No obstante, esta hipótesis se baraja como plausible en el caso de la Pequeña Edad del Hielo.
Lava de Un volcán submarino emergiendo al exterior y enfriándose rápidamente en contacto con el agua fría del océano.
§ Radiación cósmica galáctica: Recientemente, el científico Ner Shaviv ha señalado, y divulgado en el documental “El misterio de las nubes” (ver minuto 10:20 del vídeo aquí), que las glaciaciones serían causadas por el cruce cíclico del Sistema Solar a través de los brazos espirales de la galaxia, durante la órbita del Sol alrededor de Sagitario A* (el agujero negro del centro de la Vía láctea) a lo largo del año galáctico, que dura 250 millones de años.
El mecanismo que se sobreentiende es el propuesto por Henrik Svensmark, según el cual los rayos cósmicos producen núcleos de condensación en la atmósfera, los cuales funcionan como semillas de nubes (a más nubes, más frío), y que en los brazos galácticos hay más estrellas, y por tanto, más supernovas y más rayos cósmicos. La dilucidad de las glaciaciones sería explicada por este mecanismo de órbita galáctica, ocupando fracciones de 250 millones de años (año galáctico), aproximadamente.
En el momento actual, el Sistema Solar estaría cruzando un pequeño brazo espiral de la galaxia, lo cual explicaría la actual glaciación.
Mapa de la galaxia Vía Láctea, localizando en el Sol el centro del mismo.
Efectos glaciares en la actualidad:
- Glaciares: Los glaciares cubren en la actualidad unos 14,9 millones de km2, casi un 10% de la superficie terrestre. Esta proporción aumentó hasta 44,4 millones de km2, un 30% de la superficie terrestre, durante los periodos glaciales. El manto de hielo Laurentino, por ejemplo, se estima que cubrió más de 13,3 millones de km2, mientras que en el presente la cobertura glaciar ocupa 147.248 km2 en el norte de Canadá; algo parecido ocurre con el de Escandinavia, con 6,7 millones de km2 y 3.810 km2, respectivamente. Además, las regiones de la Tierra ocupadas por glaciares en el pasado muestran unas determinadas formas de relieve y sedimentos asociados. Los glaciares también tienen efectos indirectos sobre el paisaje; uno de los más comunes es la desviación de las corrientes fluviales en sistemas de drenaje preexistentes, como se constata en el tramo alto del río Severn, en Gran Bretaña, que alguna vez fue cabecera del río Trent.
- Orografía: Aunque el último periodo glacial terminó hace más de 8.000 años, sus efectos aún son visibles. Por ejemplo, el movimiento del hielo modeló el paisaje de Canadá, Groenlandia, norte de Eurasia y la Antártida. Los bloques erráticos, tilitas, drumlins, fiordos, lagos, morrenasy circos (por citar algunos) son estructuras típicamente derivadas de los movimientos de grandes masas de hielo.
Durante la glaciación, el agua retirada de los océanos, congelada en latitudes altas, redujo el nivel de los mismos, permitiendo la aparición de pasarelas continentales como Beringia, que permitieron la migración de especies y cuyos efectos evolutivos observamos en la biodiversidad actual. Esta transferencia genética se detuvo con la fusión de los glaciares. Geológicamente, esta fusión conllevó la generación de mucha complejidad ecológica espacial y temporal, como la aparición de lagos salinos.
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